De Eduardo Cestelos Hernández.

La felicidad es un sentimiento que incide en forma directa en la economía de los países, es junto a la confianza dos variables que en toda planeación del desarrollo se deben tomar en cuenta. La pregunta es si la felicidad puede ser incrementada por el gasto del gobierno en el bienestar de las personas y con ello tendríamos más felicidad y mejor economía. La felicidad es algo como mínimo, subjetivo y muy personal, y a pesar de que hay medidas objetivas de la misma, como lo son el PIB y el PIB per cápita, la distribución del ingreso, e incluso se podrían utilizar otros índices a manera de proxy en el ámbito económico, en general la medida de las emociones ha sido mayormente trabajo de la psicología. Los estadísticos en equipos interdisciplinares, sin embargo, han visionado y adelantado diversas propuestas sobre como atacar a este problema y me sirvo de las disponibles para esta práctica. Utilizo aquí 4 indicadores que compararé con el gasto del gobierno en bienestar social: (1) el PIB, que, a pesar de no ser un indicador de felicidad en sí, es la medida más ampliamente utilizada para medir el crecimiento económico y servirá a manera de base. (2) el IDH, el Índice de Desarrollo Humano es otra medida bien aceptada entre académicos y se viene utilizando desde 1990. Está construido a partir de la expectativa de vida y su calidad, de la educación y del nivel de ingresos. (3) IPF o Índice del Planeta Feliz otorgado por New Economics Foundation, revista británica fundada en 1986 y que publicó el IPF por primera vez en el 2006. Este índice también contempla las variables del IDH, pues este se usa en su cálculo, además, se apoya del PIB y de una encuesta de la percepción subjetiva de la felicidad. Por último (4) el IGF, Índice Global de Felicidad es el intento de las Naciones Unidas por taclear este problema. Se construye con el PIB per cápita, la esperanza de años de vida saludables, la libertad de tomar decisiones, la percepción que se tiene sobre la corrupción y generosidad del país y el apoyo que recibe la persona tanto de la población como de su gobierno. 

  • PIB & el gasto en bienestar en México del 2006 al 2020

A pesar del recurrente discurso presente en prácticamente todo momento sobre el apoyo a los grupos vulnerables como lo son madres solteras, niños y estudiantes, ancianos y poblaciones indígenas marginadas, México gasta una proporción ínfima de su presupuesto en programas de bienestar social, apenas en el 2020 rebasando el 1% del PIB nacional empleado a estos propósitos.

Tabla 1. Gasto en bienestar y subsidios, transferencias y aportaciones. Participación del gasto en bienestar en el PIB. 

AñoGASTO TOTAL EN BIENESTAR% del PIBSUBSIDIOS, TRANSFERENCIAS Y APORTACIONES
200627472.890.19%18572.92
200739491.790.27%31138.66
200853937.510.36%45407.66
200964270.100.45%52849.24
201070871.440.47%62715.61
201173563.890.47%64876.11
201282888.310.52%66684.37
201379963.990.49%68220.31
2014103431.610.62%92616.95
2015108655.400.63%94299.21
2016104753.360.59%93371.08
201796631.870.53%84886.36
201899206.000.54%75328.91
2019147008.580.80%137461.00
2020180403.221.06%168913.09

Fuente: SHCP. Cifras en Millones de pesos.

Con esto podemos observar qué tantos recursos en términos monetarios se están yendo al rubro de bienestar social, y veremos más adelante si es que existe alguna relación entre ello y la felicidad de la población. En virtud de que los subsidios, transferencias y aportaciones constituyen la mayor parte del gasto en bienestar (Jamás menos del 68%, en promedio el 84%), tomaré el gasto en sí para compararlo con los índices, obviando la especificidad que considero redundante que otorga el rubro de subsidios.      

  • IDH

 El primer índice por estudiar es el Índice de Desarrollo humano. El índice va de 0 a 1, 0 siendo la situación de más miseria posible, y 1 lo más cercano a felicidad absoluta. El país con el IDH más alto es suiza ( 0.931) y el más bajo es Sudán del Sur (0.385). En el siguiente tabulado se muestra el IDH para México durante el período de 2006 a 2020. 

Año IDH 
2006             0.741
2007             0.743
2008             0.745
2009             0.745
2010             0.746
2011             0.752
2012             0.760
2013             0.760
2014             0.764
2015             0.768
2016             0.772
2017             0.775
2018             0.777
2019             0.779
2020             0.756
Fuente: PNUD

  Tabla 2. IDH de México En el índice de desarrollo humano, como en los otros índices, México a pesar de no ser un país de primer mundo, siempre se ha encontrado en el top 100. La posición más baja a nivel mundial en el IDH que ha ocupado fue en 1990 y 1999, ocupando los lugares 59° y 58°. En 2006 estaba en 71, y de ahí ha bajado lentamente hasta llegar al lugar 88° en 2020.  En la gráfica 1 se muestra una comparación del IDH y la contribución (detracción más bien) del gasto en bienestar al PIB nacional. Es evidente que hay una tendencia al alta, a excepción del periodo que comprende 2015-2018 para Gasto en Bienestar (G.B) y en 2020 para el IDH. De 2006 a 2012-2014 parece haber una relación, pero nada suficientemente contundente como para afirmarlo de manera positiva.



  • IPF (HPI)

 El Índice del Planeta Feliz (Happy Planet Index en inglés) está disponible del año 2007 al 2020, y se evalúa en la escala del 0 al 100, 0 siendo lo más infeliz que hay, mientras que 100 es la mayor felicidad. Este índice tiende a beneficiar a los países latinoamericanos y está menos influenciado por la riqueza nacional del país. Por ejemplo, en 2016 el más feliz fue Costa Rica, y el menos feliz fue Chile, pero más sorprendente es que el segundo menos feliz haya sido Reino Unido. Tabla 3. IPF de México. 

AñoIPF (HPI)
2006
 200753.69
200855.24
200957.32
201054.31
201157.56
201258.68
201361.23
201456.69
201553.59
201657.16
201754.11
201855.02
201954.33
202052.05
Fuente: NEF

 A pesar de que el puntaje absoluto es menor en el IPF, no solo para México sino para el resto de los países, en términos relativos como ya se ha dicho, los países latinoamericanos son más felices de acuerdo a este. En 2009 México ocupó el puesto 23°, el más bajo desde que se calcula el índice, y en 2016 alcanzó su posición máxima en el puesto 2°. La gráfica 2 hace un comparativo igual al que se hizo con el IDH, comparando el IPF con el G.B en México. Nuevamente, la gráfica no revela nada conclusivo, pues a pesar de la estabilidad del IPF y una leve correlación entre ambos datos, toda apariencia de esto se rompe en el 2018, en donde a pesar de bajar el IPF de manera relativamente drástica, el gasto en G.B incrementa de forma radical.

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  • IGF

 La propuesta de la ONU para medir la felicidad es el Índice Global de Felicidad (También índice mundial de la felicidad). No es sorpresa que el IPF no haya arrojado resultados muy diferenciados de los del IDH, pues lo toma en cuenta con su cálculo. El IGF no solo no toma a ninguno de estos dos índices en su cálculo, sino que es también por mucho el más subjetivo de los 3, y toma la perspectiva de los individuos como más valiosa que los datos económicos. Se evalúa del 0 al 10, y este índice favorece por mucho a los países desarrollados, sin embargo, Latinoamérica también se desempeña bien. En 2018 según el IGF el país más feliz de Finlandia, y el menos feliz Cuba. 

Tabla 4. IGF de México 

AñoIGF
2006
 2007
2008
2009
2010
2011
2012
2013               7.09
2014
2015               7.19
2016               6.78
2017               6.58
2018               6.49
2019               6.59
2020               6.32
Fuente: ONU, WHR

México desempeña mejor en este índice que en el de desarrollo humano, pero no tan bien como en el IPF, con su posición más baja ocurriendo en el 2022 cayendo en el lugar 46°, y la más alta en el 2015 obteniendo lugar 14°. La siguiente tabla muestra la comparación hecha con los índices anteriores. Faltan casi la mitad de los datos, pero dado el repentino incremento de 2018 a 2020 en G.B acompañada con el declive en el índice (declive también presente en las otras dos gráficas), podemos decir con bastante seguridad que la relación entre la felicidad y el gasto en bienestar es poca o ninguna en este caso.

Conclusión.

En este corto e insuficiente ensayo, habiendo utilizado 3 métricas de felicidad mundiales y comparándolas con el gasto gubernamental en “Bienestar Social” que se ejecutó en México del 2006 al 2020, puedo concluir que la relación entre ambos fenómenos es básicamente ninguna. Por lo tanto, son demagógicos las propuestas de los gobiernos de asociar felicidad y gasto de bienestar. ¿Significa eso que el gasto en bienestar no sirve? No, no significa eso. Esto meramente indica que lo que sea que haga este gasto, no es incrementar la felicidad del país, pero bien podría estar incrementando el bienestar, combatiendo el hambre y la pobreza o cualquier otra cosa. Medir la felicidad de los individuos seguirá siendo una ardua tarea durante algún tiempo, y medir la felicidad de una nación completa no dejará de estar corto de “demencialmente ambicioso”, por lo que tendremos que seguir conformándonos y desarrollando índices que utilicen variables proxy, por imperfectas que puedan ser.