La importancia de la comunicación, el consumo de información y la participación política de la ciudadanía por medio de las redes sociales es innegable. Sin embargo, estos espacios también están sujetos a fenómenos de manipulación, desinformación y desprestigio organizado que pueden afectar con particular intensidad tanto a la imagen de figuras públicas, como al posicionamiento de las cuestiones de mayor relevancia para el espacio democrático. 

En este escenario, la recopilación y análisis de datos obtenidos de redes sociales vinculados a la vida política plantean nuevas oportunidades para los stakeholders de los gobiernos locales. Las distintas herramientas computacionales —en conjunto a métodos de interpretación— posibilitan procesos como el monitoreo de opinión respecto a los actores relevantes al escenario político local, a su percepción en los entornos virtuales y al alcance de las estrategias de comunicación ya establecidas, que resultan ineficaces si se intentan efectuar manualmente.

Por otra parte, más allá de los actores particulares, este tipo de análisis tiene el potencial de  permitir detectar  cuáles narrativas, temas de interés y cuestiones son especialmente valiosas en el discurso público para los ciudadanos de una localidad, lo que abre caminos estratégicos para la acción política.